Chamanismo y Terapia de Sonido.

Sin lugar a dudas para encontrar los orígenes del empleo del sonido con la finalidad de sanar y trascender la realidad ordinaria por parte del ser humano nos tenemos que remontar al chamanismo, el origen de todas las religiones. La figura central del chamanismo es el chamán, el hombre de conocimiento, el que sabe.

Esta sabiduría que se trasluce a través de la etimología implica, de una manera o de otra, un contacto con la realidad absoluta, contacto que el chamán utiliza para ayudar a otros que sufren. Su actividad incluye en una sola, las tareas que hoy realiza un médico, un psiquiatra o psicoterapeuta o un sacerdote o guía espiritual.

Un chamán es todo esto a la vez porque sabe que los conflictos del alma se manifiestan en nuestra mente, afectan nuestras emociones y tienen un impacto en el cuerpo físico llegando a ocasionar enfermedades. Por lo tanto, si el cuerpo está sufriendo, el chamán alivia los síntomas físicos y ayuda a resolver los conflictos emocionales, pero siempre va más allá y busca sanar el problema allí en su origen, o sea, en la desconexión de su esencia.

El chamán utiliza varios métodos para modificar el estado de conciencia, con herramientas como la voz, los ritmos percusivos repetitivos, la concentración y la respiración, que le permiten refinar su percepción de la realidad y la de los que le rodean.

La herencia sociocultural que nos legó la historia, la religión, y las tradiciones chamánicas acerca del uso del sonido es inmensa. En diversas tradiciones místicas de todo el mundo, en los textos religiosos convencionales, se considera el sonido como el fundamento del mundo físico.

En el chamanismo, el empleo del sonido como catalizador para crear estados de conciencia no ordinarios está muy difundido en todas las culturas tradicionales. El sonido también se utiliza como vehículo para una toma de conciencia de los paisajes interiores.