Métodos de fabricación de los cuencos tibetanos

Los cuencos tibetanos son recipientes de metal. La aleación fundamental es el bronce en caso de ser fabricado por procesos de fundición, (cobre y estaño); o de latón, para los que son fabricados artesanalmente por forjado a martillo, (70% de cobre y 30% de zinc) o de alpaca donde además lleva una pequeña proporción de níquel.

Siete metales. Mito o realidad?

La leyenda que mejor cuenta la composición del material empleado en la fabricación de los cuencos tibetanos dice que es una aleación que se corresponde con parte de nuestro sistema planetario, tomando 7 astros principales, donde cada uno corresponde a un elemento:

Sol: oro – Luna: plata – Mercurio: mercurio – Venus: cobre – Marte: hierro – Júpiter: estaño – Saturno: plomo.

Es imposible saber a simple vista cual es la aleación que constituye uno cuenco.

Solo es posible analizarlo a través de unos métodos químicos y electrónicos que implica la destrucción del objeto para tal fin.

Si bien influyen en la sonoridad y vibración de un cuenco sonoro los materiales que estén implicados en su aleación no es de menor importancia en la calidad de sus propiedades el método de fabricación empleado.

A continuación el detalles de los métodos de fabricación que se están usando para producir los cuencos sonoros.

Método por forjado a martillo de los cuencos tibetanos

Por arriba de los métodos industriales, como la fundición, el torneado por repusaje o el embutido profundo, está el forjado a fuego y martillo, un trabajo netamente artesanal donde cada pieza es única y lleva grabada a fuego el espíritu de la mano del hombre y no las huellas de una máquina. Es el método original y por excelencia  usado antiguamente en la fabricación de los cuencos tibetanos.

Por las propiedades mecánicas de los materiales utilizados, la técnica de forjado a martillo  refina la estructura interna del metal mejorando sus propiedades naturales de sonoridad y vibración.

“Todo orfebre o artesano, sabe el vínculo que establece con su obra, desde el encuentro con la materia prima adecuada, el proceso creativo y el acabado final. Una relación de sensibilidad, intuición y unidad con su creación a la que le confiere vida propia.”

Fuego y Martillo para levantar los Cuencos Sonoros

Partiendo de  un disco de metal  calentado en fragua  y conformado a golpes de martillo el maestro artesano alcanza la forma deseada. La pureza de sonido y la profunda vibración de estos cuencos marcan la diferencia, y se destacan por ser piezas únicas y exclusivas.

Se entiende por forja al trabajo mecánico de un material a temperaturas elevadas, empleando para su conformado la presión resultante de golpes de diferentes martillos.

Ventajas del forjado a martillo de los cuencos tibetanos

  • El trabajo de forjado mejora las propiedades de los metales. Golpe tras golpe la estructura interna del material se va refinando dando como resultado un cuenco con mejores propiedades sonoras y de vibración.
  • Se pueden obtener cuencos más livianos para poder sostener cómodamente con la mano a diferencia de los cuencos fabricados por fundición.
  • Se obtienen frecuencias más bajas alcanzando óptimas frecuencias para el trabajo terapéutico.
  • Ideales para el masaje sonoro por su potente y profunda transferencia de vibración hacia todos los rincones del cuerpo.
  • Generan cantidad de armónicos por de bajo de su nota fundamental produciendo una profunda relajación mental y espiritual a ejecutarlos en baños sonoros.
  • Son óptimos para trabajar en el agua como complemento de baños vibro acuáticos como las técnicas de Watsu y Aguahara.
  • Son únicos y exclusivos.

Con el tiempo luego de ser usados intensamente puede aumentar el espíritu y la plenitud del sonido, de hecho hay un trabajo físico y mecánico entre moléculas similar al efecto de forjado donde esta forma de conformado le va confiriendo mayor tenacidad golpe tras golpe, tenacidad que redunda en mejor sonoridad. De igual forma se puede describir el trabajo resultante de su uso prolongado.