Alberto Calatrava nació en Buenos Aires, Argentina, en 1956.

Su acercamiento al mundo del arte fue con sus estudios de dibujo y escultura con el escultor Walter Gavito y posteriormente sus estudios de orfebrería con el Maestro Emilio Patarca.

Su obra se destaca en la transformación de la plata y otros metales en esculturas de diversos animales al servicio de la platería hispanoamericana.

Estas obras llegaron a estar exhibidas en museos y muestras nacionales e internacionales.

Fundó el Taller Escuela Hispanoamericano de Orfebres dedicado a la formación de nuevos artesanos en platería civil y criolla.

Paralelamente, a su trayectoria en el arte de los metales, le abrazaba una fuerte búsqueda espiritual que  pudo satisfacer cuando encontró al Maestro Kosen, quién le enseñó los fundamentos de la práctica de zazen, la meditación del budismo zen.

Después de varios años de práctica recibe la ordenación de monje, por parte del Maestro Kosen, en el Templo Shobogenji.

Gracias a su práctica espiritual, los sonidos de las campanas zen y los cuencos tibetanos fueron algo habitual en su vida cotidiana. En los dojos zen suelen encontrarse estos instrumentos de variadas medidas destinados a indicar, a través de su sonido, momentos claves de la meditación y de la ceremonia.

Así surge, por la alquimia entre su oficio de orfebre y su práctica espiritual, el taller Buda Orfebre, dedicado a la fabricación artesanal de instrumentos de sonidos sagrados, tanto cuencos como gongs y placas sonoras, dedicados especialmente a las terapias de sonido por resonancias armónicas.

Su espíritu curioso lo llevó a formarse cómo terapeuta de sonido con distintos maestros.

Estudio con la terapeuta Lorena De Piano, con quien se formó en la aplicación de los cuencos tibetanos combinados con la técnica de imposición de manos, quelación.

Estudió con el Maestro Don Conreaux las técnicas en la ejecución de conciertos y baños de gongs. Amplió su práctica en estos instrumentos junto al Maestro Ricardo Toriano.

Junto a ellos y otros gong players compartió conciertos y baños de gongs para el público en general, con un sentido solidario.

Al día de hoy se dedica de lleno a la fabricación de instrumentos de sonidos terapéuticos y al estudio y creación de nuevas formas.

Está convencido que el futuro de la nueva medicina ya es hoy, y que ha llegado a través de los sonidos armónicos. Piensa que sus beneficios terapéuticos son una realidad, y que urge hacerle un gran lugar en el universo de las medicinas naturales y limpias y que todo centro de salud debería tener su espacio en sonoterapias.

“Los sonidos sagrados son un patrimonio de la humanidad, que ayudan a elevar el bienestar físico, mental y espiritual de todos los seres.”

¡Sean todos y todas bienvenidos!
Alberto Calatrava
San Isidro, Bs. As.
Argentina