Musicoterapia Antroposófica

La musicoterapia antroposófica forma parte del abanico de terapias artísticas que se engloban bajo el paraguas de la Medicina Antroposófica (MA). Esta perspectiva médica encuentra sus fundamentos en la Antroposofía (ciencia espiritual desarrollada por Rudolf Steiner, 1861-1925) desde la cual se plantea una visión integral del ser humano como ser constituido por cuerpo, alma y espíritu.

La comprensión ampliada del ser humano como ser físico, anímico y espiritual es la base de todas las disciplinas antroposóficas.

En el ámbito de la MA, esta concepción se manifiesta en el modo de diagnosticar y tratar una enfermedad; considerando junto con la patología actual del paciente o la historia de sus antecedentes mórbidos, también sus hábitos de vida, su biografía, su situación social-familiar y hasta su modo de sentir, pensar y actuar.

Otro hecho característico de la MA, además de la consideración integral del paciente, es el tratamiento de la enfermedad desde la perspectiva de la salutogénesis. Esto quiere decir que los tratamientos no van dirigidos a paliar los síntomas de la enfermedad (patogénesis, práctica de la medicina habitual) sino que buscan las fuentes de la salud en cada paciente, apelando a sus propias fuerzas de autosanación (desde el aspecto inmunológico hasta el espiritual).

La musicoterapia antroposófica, como rama terapéutica que bebe de la medicina antroposófica, comparte la misma visión ampliada del ser humano y se aproxima terapéuticamente a él desde la misma perspectiva salutogénica. De tal modo que el terapeuta se vale del uso de los distintos elementos musicales (melodía, armonía, ritmos, tonos, intervalos, instrumentos…) para apelar a las fuerzas auto sanadoras del paciente, de manera que se corrija la situación de desequilibrio que está generando la enfermedad.

Desde esta perspectiva, el terapeuta se presenta como un guía que acompaña al paciente por el sendero de la autocuración, mostrándole o sugiriéndole los recursos necesarios para restablecer el equilibrio perdido. Para ello se vale de los distintos elementos musicales, siendo consciente de que cada instrumento, tono o intervalo actúa de manera diferenciada sobre la constitución física y anímico-espiritual del ser humano.